OTTAVA RIMA & MINISTRILES HISPALENSIS. MENCOBONI - ¡Viva Josquin!
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- OTTAVA RIMA & MINISTRILES HISPALENSIS. MENCOBONI - ¡Viva Josquin!
- 2021-04-04T12:00:00+02:00
- 2021-04-04T23:59:59+02:00
Precios localidades: 20 € - COMPRA DE ENTRADAS
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Ficha Artística
Ottava Rima
Mónica Aguilar, Marta Barragán, Cristina Bayón y Lola Serrano, sopranos
Olivia Cordero, María José Espinosa y Elena Gauna, altos
Emilio Gil, Israel Moreno y Tomás Toranzo, tenores
Juan Manuel García, Álvaro Osuna y Benito Sánchez, bajos
Ministriles Hispalensis
Manuel Pascual, corneta
Carmelo Sosa, sacabuche alto
Ramón Peñaranda, sacabuche tenor
Francico Blay, sacabuche bajo
Arsenio Rueda, bajón
Viviana González, Alejandro Marías, Pablo Romero y Juan Ramón Lara, violas da gamba
Alejandro Casal, órgano positivo
Programa
¡Viva Josquin!
Cristobal de Morales (c.1500-1553)
Zai. Candidiores nazarei (Lamentación Segunda de Sábado Santo)
Anónimo (Himno gregoriano)
Pange lingua
Josquin Desprez (c.1450-1521)
Missa Pange lingua
I. Kyrie
II. Gloria
III. Credo
IV. Sanctus – Benedictus
V. Agnus Dei
Francisco Guerrero (1528-1599)
Vexilla Regis
Anónimo (Himno gregoriano)
Tantum ergo
Tomás Luis de Victoria (1548-1611)
Tantum ergo
Josquin Desprez
Ave Maria a 6
Notas
Si pidiéramos a un jurado de musicólogos actuales un top ten de obras maestras del Renacimiento el resultado, a buen seguro, diferiría mucho del que habrían elaborado los propios músicos de la época. Sin embargo es muy probable que la Misa Pange Lingua de Josquin Desprez formase parte de una y otra selección, tal es la perdurable admiración que ha producido la última misa de Josquin durante cinco siglos.
Sin ir más allá, la Misa Pange Lingua fue enormemente popular en la Europa luterana durante el siglo XVI, y ello pese a parafrasear un himno en el que Tomás de Aquino glorificaba el sacramento de la eucaristía –y por tanto, implícitamente, la transubstanciación–. El himno Pange Lingua se cantaba durante el Corpus Christi, fiesta execrada por Lutero pero enormemente importante en la mitad católica del continente hasta bien entrado el siglo XX, y su melodía fue por ello muy popular entre los fieles –por ejemplo españoles– hasta hace pocas décadas. Esa familiaridad con la melodía de canto llano subyacente –muy recomendable, claro está, para el oyente actual que quiera disfrutar de la Misa de Josquin– fue explotada por el compositor, de manera característica en la época, para mezclar en su obra lo novedoso con lo conocido, fórmula infalible en la composición musical para satisfacer al espectador. De hecho todas las secciones de la misa se inician con el motivo melódico con que se abre el himno (mi-mi-fa-mi), aunque a partir de ahí Josquin despliega un inmenso arsenal de técnicas contrapuntísticas para crear una obra tan variada como inconmensurablemente bella, con la transparencia y el equilibrio característicos de su autor, que lo convertirían en modelo eterno de la escritura polifónica: verdadero paradigma de lo clásico en un arte que, al contrario que la arquitectura o la escultura, tuvo que inventar en el Renacimiento un canon propio a falta de modelos grecorromanos.
Ya el Kyrie inicial nos muestra claramente el trabajo realizado por Josquin para desplegar una melodía de canto (digamos) gregoriano, escrita naturalmente a una sola voz, sobre una malla de polifonía imitativa a cuatro voces. Desprez toma las nueve primeras notas del himno, las de la letra Pange lingua gloriosi, y las usa directamente en las voces corales como motivo imitativo, emparejando a estas en las entradas. De modo similar construye el Christe, ahora usando primero la melodía del tercer verso (Sanguinisque pretiosi) y luego la del cuarto (Quem in mundi, para musicar en polifonía la palabra eleison); y análogamente estructura el Kyrie de cierre. En el resto de la misa predomina la polifonía imitativa, pero no faltan secciones homofónicas –en las que las cuatro voces discurren en paralelo para subrayar determinadas palabras–, partes escritas a dos voces o incluso, en la apertura del Agnus Dei, la melodía del himno usada como cantus firmus, cantada por la voz más aguda en valores largos. Un emocionante Dona nobis pacem cierra hipnóticamente la obra.
Si el reconocimiento hacia Josquin ha resultado perenne, menos fortuna ha tenido Cristóbal de Morales, cuya fama en la Europa del XVI apenas estaba un pequeño peldaño por debajo de la de aquel (lo cual es decir muchísimo). Aunque se reconoce su papel histórico, su música apenas es hoy cantada ni apreciada siquiera en su propia tierra, Sevilla. Tal vez tenga que ver en ello su extrema austeridad: es una música de escaso interés en instrumentación, dinámica, ritmo o modulaciones, cuyo atractivo reside íntegramente en un maravilloso dominio del contrapunto (el arte de dibujar y combinar melodías simultáneas), arte mucho más apreciado hace cinco siglos que hoy. Una de sus Lamentaciones hará de preámbulo a nuestro programa, que gira en torno a la citada festividad del Corpus: tras la Misa escucharemos el motete antifonal Vexilla Regis, del también sevillano Francisco Guerrero, maestro de capilla en la catedral hispalense durante décadas; seguirá el Tantum ergo del abulense Tomás Luis de Victoria –otra musicalización del propio texto del Pange lingua–, para volver finalmente a Josquin con su espléndido Ave Maria.
© Juan Ramón Lara
Textos
Biografía
Ottava Rima
Ottava Rima nace en el seno de los Conservatorios Profesional y Superior de Música de Sevilla, bajo la dirección del profesor Alonso Salas, y está formada por alumnos y ex alumnos de música antigua de los mencionados centros.
En 2007 comenzó el estudio, selección y preparación de diversas obras de Monteverdi, con el objeto de avanzar en el estilo y la interpretación de la música antigua, adelantándose ya las que serían las líneas maestras de la formación: un rigor técnico, una interpretación historicista y un estilo depurado.
Desde entonces, ha celebrado numerosos conciertos en Sevilla y provincia, habiendo participado con éxito en los Festivales de Música Antigua de Alájar de la Sierra (2009), Aracena (2011, 2012) y, recientemente, en el FeMÀS (Festival de Música Antigua de Sevilla).
Ministriles Hispalensis
El grupo nace con la vocación de recuperar los instrumentos, la sonoridad y el estilo interpretativo de las capillas instrumentales de los siglos XV a XVII. La base de su formación instrumental son las cornetas, chirimías, sacabuches y bajones, aunque se complementan con instrumentos de cuerda, tecla y percusión cuando el repertorio lo requiere. Los ministriles formaban parte de las capillas de las más importantes catedrales europeas de la época y su misión principal era el acompañamiento del coro durante los servicios litúrgicos, aunque también participaban por separado en procesiones y algunos otros actos cívicos. La música creada para este tipo de formaciones, de lenguaje novedoso y a menudo de gran virtuosismo, es la que sienta las bases de la práctica instrumental que llega hasta nuestros días.
La formación ha participado en prestigiosos festivales de Música Antigua como el Femas de Sevilla, la Muestra de Música Antigua de la Universidad de Sevilla / MAUS, la Muestra de Música Antigua de Aracena o, entre otros, el Festival de Música Antigua de Aranjuez. En el extranjero el grupo ha visitado diferentes países de Sudamérica (México, Guatemala), Eslovenia, Noruega… Además, ya en su faceta procesional, Ministriles Hispalensis participa como formación estable en el Cortejo de la Hermandad de la Vera Cruz de Jerez de la Frontera (Jueves Santo).
Ministriles Hispalensis ha producido programas de singular relieve, como la actuación que ofrecieron con motivo del V Centenario de la Universidad de Sevilla, o el concierto que, junto al Coro Barroco de Andalucía, presentaron en el prestigioso Festival de Música Española de Cádiz.
Igualmente el grupo ha producido programas en torno a relevantes efemérides y personajes como Bartolomé Esteban Murillo o, en la actualidad, el V Centenario de la Primera Circunnavegación al Mundo a través de su programa: Magallanes, Surcando la Historia, una novedosa propuesta multidisciplinar en la que el grupo une la música, el teatro y los títeres.
Marco Mencoboni
Marco Mencoboni es un músico nacido en 1961 en Macerata (región de las Marcas).
Se dedica a la música como solista, director, productor de discos, productor de cine, actor y escritor.
Inició sus estudios como compositor y organista en 1976 en el Conservatorio Rossini, en Pésaro, con Umberto Pineschi. Fue luego a Bolonia, siguiendo a su maestro, y allí obtuvo su diploma en 1985. En 1984 se matriculó en clave en el Conservatorio Sweelinck de Ámsterdam invitado por Ton Koopman, que en 1987 lo transfirió a la clase de Gustav Leonhardt, con quien terminó sus estudios en 1990. La siguiente vez que ingresó en una escuela como estudiante fue en 2009, decidido a seguir las clases de polifonía renacentista impartidas por el profesor Diego Fratelli en el Conservatorio de Lecce.
A principios de los 90 se convirtió en empresario musical, productor discográfico y director artístico de festivales, dejando atrás la actividad en solitario en la que nadie, y menos él mismo, estaba interesado pormás tiempo.
La necesidad y el deseo de crear un conjunto vocal surgieron del redescubrimiento, en 1993, de la antigua práctica de Cantar Lontano, conocida sólo por musicólogos pero nunca puesta en práctica. A pesar de que la práctica de Cantar Lontano, según su artífice Ignazio Donati, no requería director, emprendió una serie de experimentos pensados para dirigir a músicos colocados a distancia unos de otros.
La necesidad de aprender una técnica direccional moderna, fácilmente comprensible para los orquestas, surgió cuando empezó a trabajar con algunas orquestas sinfónicas y con producciones muy exigentes como el Otello de Gioachino Rossini.
Hoy en día actúa regularmente como intérprete y director en todo el mundo.