MINISTRILES HISPALENSIS - Sacra Musicae
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- MINISTRILES HISPALENSIS - Sacra Musicae
- 2021-04-01T12:00:00+02:00
- 2021-04-01T23:59:59+02:00
Precios localidades: 20 € - COMPRA DE ENTRADAS
Ficha Artística
Ministriles Hispalensis
Arnau Rodón y Manuel Pascual, cornetas
Carmelo Sosa, sacabuche alto
Ramón Peña y David García, sacabuches
José Arsenio Rueda, bajón
Jacobo Díaz, chirimías
Álvaro Garrido, percusión
Alberto Barea y César Carazo, canto acompañante
Programa
Sacra Musicae. Música para cortejos procesionales
Con músicas de
Anthony Holborne (1545-1602) [Funerales]
Johann Sebastian Bach (1685-1750) [Corales fúnebres]
Antonio de Cabezón (1510-1566) [Himnos y fabordones]
Henry Purcell (1659-1695) [Funerales para la reina maría]
Hieronimus Praetorius (1560-1629) [Corales fúnebres]
Francisco Correa de Arauxo (1584-1654) [Versos salmódicos]
Notas
El programa Sacra Musicae / Músicas para cortejos penitenciales ofrece un novedoso planteamiento de concierto procesional que, basado en estudios de documentación histórica, recrea los tradicionales acompañamientos musicales que acaecían en las procesiones penitenciales de la Semana Santa del Renacimiento. La propuesta parte de la formación de capilla o copla de ministriles para interpretar un variado y documentado repertorio de música sacro/procesional.
La palabra “ministril” deriva del latín ministeriun y minister, que significan “servicio” y “servidor”. El término “ministril” nace en el medievo, dando nombre a aquellos músicos que, utilizando sus instrumentos de viento, acompañaban (servían) con su música. Frente a los cantores de polifonía, de formación clerical e integrados en instituciones eclesiásticas, los ministriles aparecen en el ámbito urbano, asociados a una amplia variedad de funciones musicales que van desde el músico itinerante, inserto en la trasmisión de la cultura popular, a los ministriles profesionales contratados por la nobleza, la burguesía mercantil o las corporaciones ciudadanas. Desde sus orígenes, los grupos de ministriles contribuyeron a la simbolización del rango social de su patrón, además de cubrir necesidades ceremoniales de diverso signo. Cada ciudad tenía características propias y únicas, pero todas ellas tenían el común denominador de dar gran importancia a la fiesta y la música, que siempre han sido muestra del poder y una necesidad para el pueblo. Los ministriles solían participar también en celebraciones religiosas y profanas, y para ello se reunían en coplas o grupos instrumentales en los que tenían cabida las flautas, chirimías, bajones y sacabuches. Posteriormente se añaden a dichas coplas las cornetas, instrumentos de madera recubiertos de cuero que no debemos confundir con las cornetas de guerra de las que derivan las cornetas actuales. Aunque desde el siglo XV podemos encontrar múltiples referencias en relación a los instrumentos y los instrumentistas, fue en la primera mitad del siglo XVI cuando los ministriles comenzaron a ser requeridos por las catedrales de la época para sus actos religiosos, y fue en la catedral de Sevilla, centro de referencia religioso, social y cultural en la época, donde aparecen los ministriles por primera vez interviniendo en actos litúrgicos.
El enlace de Carlos I e Isabel de Portugal, que tuvo lugar en Sevilla el 11 de marzo de 1526 y en el que tocó una fastuosa capilla real de ministriles, fue probablemente el hecho que hizo ver en la Catedral sevillana que una capilla de ministriles podría ensalzar la imagen de la catedral y atraer hacia ella a más fieles.
A partir de entonces se consideró una profesión emergente, así los mejores y más cualificados ministriles gozaron de gran prestigio social, y los Cabildos de las catedrales se los disputaban para así poder disponer de sus servicios y dar esplendor a sus actos. Es especialmente interesante el caso de la catedral de Toledo, con un conjunto de 8 a 10 ministriles asalariados a lo largo del siglo XVI. A partir de la década de 1530 el fenómeno se hizo extensible al resto de catedrales, colegiatas y parroquias de España y también del Nuevo Mundo, donde fueron muy populares. Conocemos las obligaciones que tuvieron los ministriles en el siglo XVI a partir de libros como la Regla de Coro y Cabildo de la catedral de Sevilla, datado en 1608 y recogido en la Regla de Coro de Adrián Elossu (1687), o el Compendio de obligaciones que deben cumplir los ministriles y capilla de música de la santa Patriarcal Iglesia de Sevilla en el discurso de todo el año, según el culto la pompa, majestad y grandeza con que en ella se celebran los Oficios en las festividades de todo el año (impreso por Francisco de Blas entre 1662 y 1723). El calendario de actuaciones se dividía por meses, y se incluían las primeras y segundas vísperas, misas, procesiones exteriores, estaciones dentro de la iglesia, recepción de procesiones de otras iglesias, procesiones particulares, recepciones de reyes, procesiones de gloria y, a partir de las órdenes que recibiesen, las fiestas extravagantes, en las que la copla de ministriles era cedida a otras iglesias o Catedrales. Época de esplendor religioso en España, las primeras procesiones de las hermandades que todavía hoy hacen estación de penitencia en nuestras ciudades, tuvieron lugar por aquellos días, y fueron coplas de ministriles las encargadas de dar solemnidad y esplendor con su música a los cortejos procesionales. Acompañadas o no de instrumentos de percusión y de trompeteros, las coplas formadas entre cuatro y seis ministriles interpretaban piezas litúrgicas escritas en principio para grupos vocales o compuestas específicamente para ser interpretadas por instrumentos: salmos, himnos, motetes y piezas profanas de carácter y solemnidad acordes con la procesión. Tales son los casos de los libros para ministriles de la Catedral de Sevilla del que conocemos su índice y ha podido ser reconstruido a partir de otras fuentes, el libro del facistol nº 6 de la catedral de Segovia, los dos volúmenes del Códex Lerma, de San Pedro de Lerma en Burgos, el manuscrito 975 de la biblioteca particular de Manuel de Falla (Granada), o el libro de coro 19 de la catedral de Puebla (México). Los cortejos procesionales solían contar con una o dos coplas de ministriles, que se situaban siempre justo delante de las imágenes y, en caso de haber dos coplas, una de ellas abriendo el cortejo. Las coplas de ministriles interpretaban las piezas leyendo a partir de un libro de facistol que portaba un acólito o un músico en formación.
Fruto de los estudios de músicos, musicólogos e historiadores, la música original de los siglos XV, XVI y XVII se está recuperando, reviviendo e interpretando conforme a las sonoridades y estilo con los que se cree fueron interpretados en su época. A partir de la iniciativa de algunas hermandades interesadas en llevar a cabo una labor litúrgica y procesional históricamente informada, esta música puede volver a escucharse con instrumentos originales, recuperándose así la esencia y el ambiente original de la procesión tal y como se vivía en el siglo XVI. El hecho de recuperar la intervención de las coplas de ministriles en el cortejo procesional es un gesto que denota conocimiento y rigor histórico en la organización de la procesión. La reunión de un grupo de ministriles y percusionistas con este número de efectivos y la interpretación conjunta de obras musicales es un evento excepcional que durante los siglos XVI y XVII se dio únicamente en momentos de una relevancia especial y sólo en catedrales de primer orden europeas (bodas reales como la citada de Carlos I e Isabel de Portugal).
© Ministriles Hispalensis
Textos
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Biografía
Ministriles Hispalensis
El grupo nace con la vocación de recuperar los instrumentos, la sonoridad y el estilo interpretativo de las capillas instrumentales de los siglos XV a XVII. La base de su formación instrumental son las cornetas, chirimías, sacabuches y bajones, aunque se complementan con instrumentos de cuerda, tecla y percusión cuando el repertorio lo requiere. Los ministriles formaban parte de las capillas de las más importantes catedrales europeas de la época y su misión principal era el acompañamiento del coro durante los servicios litúrgicos, aunque también participaban por separado en procesiones y algunos otros actos cívicos. La música creada para este tipo de formaciones, de lenguaje novedoso y a menudo de gran virtuosismo, es la que sienta las bases de la práctica instrumental que llega hasta nuestros días.
La formación ha participado en prestigiosos festivales de Música Antigua como el Femas de Sevilla, la Muestra de Música Antigua de la Universidad de Sevilla / MAUS, la Muestra de Música Antigua de Aracena o, entre otros, el Festival de Música Antigua de Aranjuez. En el extranjero el grupo ha visitado diferentes países de Sudamérica (México, Guatemala), Eslovenia, Noruega… Además, ya en su faceta procesional, Ministriles Hispalensis participa como formación estable en el Cortejo de la Hermandad de la Vera Cruz de Jerez de la Frontera (Jueves Santo).
Ministriles Hispalensis ha producido programas de singular relieve, como la actuación que ofrecieron con motivo del V Centenario de la Universidad de Sevilla, o el concierto que, junto al Coro Barroco de Andalucía, presentaron en el prestigioso Festival de Música Española de Cádiz.
Igualmente el grupo ha producido programas en torno a relevantes efemérides y personajes como Bartolomé Esteban Murillo o, en la actualidad, el V Centenario de la Primera Circunnavegación al Mundo a través de su programa: Magallanes, Surcando la Historia, una novedosa propuesta multidisciplinar en la que el grupo une la música, el teatro y los títeres.