La carabela Santa María en la Exposición Iberoamericana de 1929
Con motivo de la celebración de la Fiesta Nacional de España, también conocida como Día de la Hispanidad, y al hilo de la conmemoración del V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo de Magallanes y Elcano –uno de cuyos actos más significados ha sido el atraque de la nao Victoria en el muelle de las Delicias el pasado 8 de septiembre-, recuperamos un episodio histórico que guarda grandes similitudes: la llegada de la réplica de la carabela Santa María a Sevilla para participar en la Exposición Iberoamericana de 1929.
La crónica visual que presentamos se ha construido cronológicamente a través de las fotografías realizadas para la prensa (local y nacional) por los reporteros gráficos Juan José Serrano y Cecilio Sánchez del Pando en lo que entonces eran reportajes de plena actualidad, ampliamente seguidos por los lectores. La selección de 30 imágenes comienza con la botadura de la nave en los astilleros de Cádiz y algunos detalles del interior y del equipamiento de época. Continúa con la llegada a Sevilla para la inauguración de la Exposición Iberoamericana en mayo de 1929, hecho que se produjo entre salvas de cañones y causó enorme expectación entre el público, y la visita del rey Alfonso XII y la reina Victoria Eugenia, que fueron recibidos a bordo por el comandante Julio Guillén Tato. Durante su estancia, fondeada en el muelle de Tablada, la oficialidad, así como sus insignias, participaron en diversos actos tales como la procesión realizada con motivo de la celebración del Congreso Mariano Hispanoamericano o el acto de imposición de los collares de la orden de Isabel la Católica al presidente del Consejo de Ministros general Miguel Primo de Rivera y al cardenal Eustaquio Ilundáin en la capilla de la Virgen de la Antigua de la Catedral. Asimismo dejamos testimonio de la visita a la Santa María de varias personalidades y miembros de la Familia Real.
La reconstitución de este navío fue encargada por el Ministerio de Marina en 1927 al comandante Julio Guillén Tato para la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929, que confió la construcción a los astilleros Echevarrieta y Larrinaga en Cádiz, propiedad del industrial vasco Horacio Echevarrieta. Tras ser entregado a la Armada Española, y anclado en las proximidades del Pabellón de la Marina, se incorporó a la exhibición del propio pabellón.
Esta no fue la única réplica de este barco histórico, nave capitana de Cristóbal Colón. España financió la construcción de la primera Santa María en los astilleros de San Fernando que participó en los actos del IV Centenario del Descubrimiento de América y al año siguiente, en 1893, en la Exposición Mundial Colombina celebrada en Chicago. Después hubo otras, pero en la memoria reciente guardamos la réplica construida con motivo de la Exposición Universal de Sevilla de 1992, que se expone de manera permanente en el Muelle de las Carabelas en Palos de la Frontera. (IMA)