La Plaza de San Francisco
LAS PLAZAS DE SEVILLA
En mayo de 2019 da inicio en el ICAS del Ayuntamiento de Sevilla un proyecto que se mantiene hasta la actualidad. Se trata de un programa de exposiciones virtuales que desde entonces han sido publicándose en EXPO NO8DO, aplicación alojada en la Página Web del Ayuntamiento de Sevilla. Todas las exposiciones han sido elaboradas por el personal técnico del Servicio de Archivo, Hemeroteca y Publicaciones, que ha seleccionado y descrito la documentación y ha redactado unos textos introductorios de cada una de ellas. Hasta la fecha se han realizado 44 exposiciones, con una media entre 30 y 50 imágenes.
En estos cinco años hemos creado un repertorio de acceso libre formado por más de 1.700 imágenes digitales relacionadas con la ciudad. La selección de la temática de las exposiciones ha tenido en cuenta distintos criterios pero el resultado es una panorámica amplia de “miradas” con Sevilla como protagonista. Su historia, sus manifestaciones artísticas, sus fiestas y celebraciones, las tradiciones, su urbanismo. En definitiva, nos aproximamos al conocimiento de la ciudad y sus gentes a través de unas líneas de trabajo que tienen como objetivo la difusión y la comunicación del Patrimonio Documental del Ayuntamiento de Sevilla. Este es el recurso del proyecto desarrollado en los distintos Departamentos de este Servicio: Archivo Municipal, Biblioteca, Hemeroteca, Fototeca y Reprografía), con la colaboración del Servicio Municipal de Informática (Sección Web). En todas las exposiciones se utilizan mayoritariamente los fondos incluidos en el Patrimonio Documental del Ayuntamiento de Sevilla: fotografías, documentos, libros impresos, prensa histórica, todos ellos con las debidas garantías como instrumentos de información.
Tras la experiencia adquirida en estos años, una vez establecidas las principales líneas de trabajo, parece más que oportuno iniciar una serie de exposiciones monográficas derivadas de un bloque temático troncal. El elegido en primer lugar es el dedicado al urbanismo de la ciudad y a las plazas de la ciudad en particular como máximo exponente de la vida urbana. Comenzaremos por una de las plazas históricas de Sevilla, la plaza por excelencia de la Sevilla histórica, la de San Francisco, a la que seguirán la Plaza Nueva y el eje que conforman la plaza de La Campana y la plaza del Duque.
Servicio de Archivo, Hemeroteca y Publicaciones
ICAS. AYUNTAMIENTO DE SEVILLA
La Plaza de San Francisco. El corazón de Sevilla
Sevilla no contó nunca con una plaza mayor al estilo de otras capitales españolas, pero es cierto que la de San Francisco, a pesar de su perfil un tanto irregular, ha cumplido sin duda las veces de tal enclave. Con un pasado que se nutre de ejecuciones, revueltas y proclamaciones, acontecimientos religiosos y paganos, podemos considerarla como el eje principal en la articulación de la ciudad, aunque en el pasado siglo su función representativa como sede de los poderes fácticos ha fluctuado en favor de otros espacios públicos, ha mantenido siempre una vitalidad cotidiana al desembocar en ella dos de las vías más transitadas, la calle Sierpes y la actual avenida de la Constitución.
Aunque desde el siglo XIII se la conoció como plaza de San Francisco en recuerdo del convento vecino, hasta trece cambios experimentó en su nomenclatura: de la Constitución en 1812, 1820, 1835, 1840 y 1874; de Fernando VII, en 1814; del Rey, en 1823; de Isabel II, entre l833 y 1836; de la Libertad, en 1873; de la República, en 1931; de la Falange Española, en 1936; y de San Francisco, desde 1980 hasta la actualidad. Durante la Edad Media y en la Edad Moderna fue el verdadero corazón de la ciudad, el centro cívico que fue testigo de acontecimientos de primer orden. Para esta consideración de plaza a la italiana fue fundamental el año 1493: el 28 de febrero de dicho año los Reyes Católicos concedieron a Sevilla que las pescaderías de la ciudad fuesen trasladadas a una nave de las Atarazanas, quedando el solar resultante dispuesto para la construcción del edificio de las Casas Consistoriales, ya en época de Carlos I (a partir de 1527). Desde entonces la sede del gobierno municipal, joya de la arquitectura civil de estilo plateresco, se convirtió en el edificio principal de la plaza.
Con esta muestra recurrimos al hilo conductor de los documentos gráficos de los fondos del Servicio de Archivo, Hemeroteca y Publicaciones, sobre todo los del Archivo Municipal y de los positivos y negativos originales de la Fototeca Municipal, cuyo valor añadido como fuente documental nos proporcionará una guía excelente para descubrir la evolución de este espacio, su transformación urbanística, la llegada de nuevos avances como la electricidad o el desarrollo del transporte público, la implantación de infraestructuras de primer orden como el agua potable y el alcantarillado y, sin duda, realizar un viaje en el tiempo (1853-1983) teniendo como protagonistas a la ciudad y sus habitantes.
Desde mediados del XIX el perfil de la plaza irá experimentando cambios notables. Con las primeras farolas de gas funcionando desde 1854, el nuevo piso de adoquines instalado en 1866 y el establecimiento del servicio público de transporte de tranvías en 1887, el entorno nos muestra una nueva articulación dictada por el equipamiento urbano. Asistimos en este período al adecentamiento de los edificios colindantes que, contagiados de las mejoras en la rehabilitación de la Casa Consistorial entre 1852 y 1868 tras el derribo de la Casa Grande franciscana, fueron incluyendo mejoras arquitectónicas. Así el edificio de la Real Audiencia y en especial su fachada experimenta en estos años interesantes transformaciones que desaparecerán con el pavoroso incendio del 6 de agosto de 1918. El gobierno municipal trabajaba desde mediados del siglo XIX para acabar con los edificios con soportales de escasa calidad constructiva y poca presencia con el pretexto de alinearlos con las calles Hernando Colón y Chicarreros. Este proceso no culminaría hasta la primera década de la centuria cuando se acomete además el derribo de la Casa o Lonja de los Genoveses en 1917 para la construcción de la nueva sede del Banco de España. En la primera mitad del siglo XX la plaza sufre un letargo en su función como centro neurálgico solo salvado por la celebración de la Semana Santa y el Corpus Christi. No es hasta finales de la década de 1970, cuando recuperada la plaza de San Francisco como espacio público y dispuesta su peatonalización en 1979, con la llegada de la democracia se convierte en escenario de acontecimientos de todo tipo, eventos culturales como la Feria del Libro Antiguo, conciertos y espectáculos en general y lugar de concentración para protestas y manifestaciones. Los fotógrafos reflejaron entonces la transformación urbanística y arquitectónica de la plaza así como un profundo cambio en su funcionalidad. El cierre de la Real Audiencia entre 1967 y 1970 y su mudanza al nuevo Palacio de Justicia del Prado de San Sebastián supone el traslado de la vida judicial y el abandono del edificio, que había sido declarado bien de interés cultural en la categoría de monumento en 1964. La adquisición del inmueble en 1973 por una caja de ahorros local supuso el inicio del establecimiento de numerosas entidades bancarias que transformaron este espacio en un eje principal de la economía. Las históricas sesiones plenarias del naciente Parlamento Andaluz de 1983 a 1985 convirtieron durante estos años a la plaza en el centro del poder local y autonómico. Ya entrado el siglo XXI, con la peatonalización de la avenida de la Constitución, la recuperación del espacio es total adquiriendo de nuevo protagonismo respecto a las plazas vecinas. Manteniendo su relevancia en el calendario festivo de la ciudad -Semana Santa, Corpus y Navidad-, ha sabido atraer a un público que disfruta del espacio cautivado por la extensa oferta lúdica y cultural. Todo ello unido al esfuerzo de entidades públicas y privadas encargadas del mantenimiento del entorno, de los edificios y del mobiliario urbano que contribuyen al engrandecimiento de este espacio.