ANNA BONITATIBUS & VESPRES D’ARNADÍ - Tutto Vivaldi

Ficha Artística

Anna Bonitatibus, mezzosoprano

Vespres d’Arnadí

Farran Sylvan James, violín I

Alba Roca, violín II

Natan Paruzel, viola

Oriol Aymat, violonchelo

Mario Lisarde, violone

Dani Espasa, clave y director

Programa

Tutto Vivaldi

Antonio Vivaldi (1678-1741)

I

Cessate, o mai cessate RV 684 [¿1720s?]

Recitativo accompagnato: Cessate, o mai cessate

Aria: Ah, ch’infelice

Recitativo accompagnato: A voi dunque corro

Aria: Nell’orrido albergo

Sonata para dos violines y continuo en re menor Op.1 nº12 RV 63 La Follia [1705]

I. Adagio – Andante – Allegro – (volti)

II. [...] – Adagio – Vivace – Allegro – Larg[h]etto – Allegro – (volti)

III. Adagio – Allegro

“Sovvente il sole”, aria del personaje de Perseo de Andromeda liberata RV 117 [1726]

II

“Vorresti amor da me”, aria del personaje de Alcina de Orlando furioso RV 728 [1727]

“Sento in seno”, aria del personaje de Anastasio de Il Giustino RV 717 [1724]

Sinfonia de L’Olimpiade RV 725 [1734]

Allegro – Andante – Allegro

“Lo seguitai felice”, aria del personaje de Megacle de L’Olimpiade RV 725 [1734]

“Così potessi anch’io”, aria del personaje de Alcina de Orlando furioso RV 728 [1727]

“Sorge l’irato nembo”, aria del personaje de Pompeo de Farnace RV 711a [1727]

Notas

La cantata para voz sola con acompañamiento de continuo fue la forma más popular de la música vocal italiana en el paso del siglo XVII al XVIII. Vivaldi la cultivó con frecuencia, aunque a veces el acompañamiento se enriquecía para incluir a una orquesta a 4 (dos violines y viola más el bajo). De las aproximadamente cuarenta cantatas conservadas del compositor, nueve son de este tipo, cinco para voz de soprano y cuatro para voz de alto, como en el caso de Cessate, omai cessate. El tema era por norma arcádico: los pastores se quejan invariablemente de la rigidez de sus amantes, como de Dorilla en esta obra, que es tildada de “ingrata” y “despiadada”. La cantata se constituye formalmente en la duplicación de un díptico recitativo-aria da capo, el primero de los cuales incluye un pequeño ritornelo introductorio. Que la primera aria fuera un Larghetto en expresión del lamento y el dolor, y la segunda un Allegro para mostrarse furioso era también un tópico del género.

La sonata fue al género instrumental lo que la cantata al vocal: el preferido de los compositores italianos del tiempo. La primera colección que Vivaldi consiguió publicar fue justamente una serie de doce sonatas en trío. Fue el editor veneciano Gioseppe Sala quien dios las obras a la estampa en 1705 como Op.1, tratándose posiblemente de las obras más antiguas que se conservan del músico. Vivaldi quiso cerrar la colección con un homenaje a Corelli al componer una serie de variaciones sobre La follia (como Corelli había hecho en la última sonata de su Op.V, editada en 1700). Tema de origen ibérico, el esquema armónico de la follia (dieciséis compases en dos frases simétricas y ritmo de ¾) sirvió a Vivaldi para encadenar veinte variaciones en las que utiliza prácticamente todos los recursos técnicos disponibles para los violinistas en aquel momento, que sirven también como una especie de recapitulación del conjunto de la publicación.

A medio camino entre la cantata y la ópera, las serenatas solían tener partes solistas para un conjunto variable de cantantes, aunque sus dimensiones eran más modestas que las de las óperas y solían dividirse en dos partes. En 1726 varios compositores venecianos colaboraron en la escritura de una serenata en homenaje al cardenal Pietro Ottoboni, de visita en la ciudad. Fue Andromeda liberata, escrita sobre un libreto de Vincenzo Cassani sobre el tema de la liberación de Andrómeda por parte de Perseo. Michael Talbot piensa que fue esta la última ocasión en que Vivaldi tocó como violinista en público, lo que incluyó el solo virtuosístico de “Sovvente il sole”, el aria más difundida de la obra, una pieza de naturaleza lírica y pastoral de insinuante belleza melódica.

La segunda parte del recital está dedicada al Vivaldi operístico, con una selección de piezas de cuatro óperas estrenadas en los años 1720, tres de ellas en el teatro Sant’Angelo de Venecia, un recinto modesto, con el que más relación tuvo Vivaldi en su ciudad natal: Orlando furioso y Farnace en 1727 (la primera de ellas era una obra completamente nueva a partir de un libreto que el compositor había usado ya en 1714) y L’Olimpiade en 1734; la cuarta, Il Giustino, se vio por primera vez en el Teatro Capranica de Roma en 1724.

No es fácil trazar la carrera operística de Vivaldi. Al final de su vida, el compositor afirmó haber compuesto más de 90 óperas, de las cuales se conocen una cincuentena y se conservan, en diferente estado de integridad (a muchas les faltan actos completos), poco más de veinte. Aun teniendo en cuenta que muchos de esos títulos a los que aludía Vivaldi serían pasticcios, el volumen es considerable, si consideramos el tardío desempeño del músico en el género (estrena Ottone in villa, su primera ópera documentada, en Vicenza con 35 años) y su relativamente temprana muerte, a los 63. Aunque en sus primeros desempeños como autor de música teatral, Vivaldi parece vinculado al antiguo estilo veneciano y desdeña las nuevas formas hipervirtuosísticas llegadas desde Nápoles, en los años 20 la presión del mercado lo ha hecho adaptarse a los tiempos: no sólo es ya su recurso con mayor frecuencia a los castrati y al crecimiento de las agilidades vocales, sino que su paleta tímbrica se reduce y sus armonías se hacen más simples. El objeto era alimentar a los grandes divos en sus deseos exhibicionistas a la par que representar todas las pasiones humanas. El da capo aseguraba lo primero y el tratamiento melódico, armónico y rítmico ajustado a unos textos de carácter estereotipado, lo segundo. Arias patéticas como “Sento in seno” (una pieza que Vivaldi trasladó a su Giustino de una ópera anterior, Tieteberga, Venecia, 1717) o “Così potessi anch’io”, cantábiles como “Lo seguitai felice”, de bravura, como “Sorge l’irato nembo”, con la tan socorrida metáfora entre la tempestad marina y el ánimo agitado del personaje en cuestión, o de medio carácter, como “Vorresti amor da me”, servían para transmitir los afectos de los personajes en medio de acontecimientos en los que por norma se mezclaban tramas políticas y sentimentales, siempre con fines moralizantes. Eso era la llamada opera seria. En manos de Vivaldi un vehículo para sus fantasías melódicas, siempre muy vinculadas al estilo instrumental.

© Pablo J. Vayón

Textos

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Biografía

Anna Bonitatibus, mezzosoprano

Originaria de Basilicata (Italia), Anna Bonitatibus debutó en La Scala de Milán en 1999 en Don Giovanni bajo la batuta de Riccardo Muti. Desde entonces, sus interpretaciones han incluido más de cincuenta títulos operísticos, abarcando desde el repertorio del barroco temprano hasta el belcanto, y ha colaborado con destacados directores y escenógrafos como Ivor Bolton, Sir Antonio Pappano, René Jacobs, William Christie, Myung Whun Chung, Franz Welser-Möst, Roberto Abbado, Alain Altinoglu, Marc Minkowski y Teodor Currentzis.

Desde su primera grabación, la Griselda de Vivaldi en 1992, Anna Bonitatibus se ha destacado en las óperas del periodo barroco, la ópera bufa napolitana y el repertorio francés. Gracias a sus interpretaciones de obras conocidas de Mozart, Haendel y Rossini, ha actuado en los principales escenarios de Europa y en salas de conciertos de todo el mundo. Sus roles en travesti, o roles de pantalón, merecen una mención especial, y como encarnación de Cherubino, se ha convertido en una de las intérpretes más aclamadas de Mozart.

Entre sus muchas grabaciones galardonadas, Anna Bonitatibus recibió el International Opera Award en 2015 por su disco Semiramide, la Signora regale, una variedad de joyas musicales descubiertas por ella misma. En 2016, Bonitatibus llevó una selección de canciones de este álbum de gira con la orquesta barroca de Praga, Collegium 1704, actuando en salas de conciertos en Baden-Baden, Essen y en el Wigmore Hall de Londres, donde regresó en 2018, 2021, 2022 y 2023 para recitales de canción italiana. Su último CD con la Munich Rundfunkorchester, en travesti, que presenta los llamados roles de pantalón, también recibió grandes elogios de la crítica.

Entre los puntos destacados de las últimas temporadas se incluyen su debut en la Opéra National de Bordeaux como Dulcinée en Don Quichotte de Massenet bajo la dirección de Marc Minkowski, Cherubino en Le nozze di Figaro en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona, Cecilio en Lucio Silla en el Théâtre de la Monnaie de Bruselas, Il Destino en La Calisto en la Bayerische Staatsoper de Múnich y en el Teatro Real de Madrid, Sesto en La Clemenza di Tito en Varsovia y en la Opéra Royal de Wallonie-Liège, Agrippina, Ottavia en L’incoronazione di Poppea y su debut como Penélope en Il ritorno d’Ulisse in patria de Monteverdi en The Grange Festival, Ottone de Haendel en Moscú, Giunone en Ercole amante en la Opéra Comique de París, así como el papel principal en Enrico di Borgogna de Donizetti en Bérgamo, Carmen en Madrid y Merope de Riccardo Broschi en el Innsbrucker Festwochen.

Más recientemente, interpretó el papel de Licida en L’Olimpiade de Pergolesi en la Ópera de Zúrich, Idamante en Idomeneo en el Festival de Aix-en-Provence, Ruggiero en Alcina en concierto con Les Musiciens du Louvre y Marc Minkowski, y encarnó los papeles principales en Agrippina (Ópera Estatal de Baviera y Ópera Estatal de Hamburgo) y Serse (Festival Händel de Halle) con gran éxito.

En el ámbito concertístico, ha sido invitada en el Wigmore Hall de Londres, en Cleveland, Boston, Helsinki, Bolonia, Pesaro, Parma, Barcelona, Potsdam y Linz, así como en la Gala de la Ópera Aids en Bonn, el Festival Al Bustan en Beirut y los Festivales Händel en Karlsruhe y Halle.

Entre los compromisos de la temporada 2024/25, se incluyen su regreso a la Ópera de Zúrich como Agrippina en una nueva producción, y al Festival de Aix-en-Provence para una nueva producción de La Calisto de Cavalli, interpretando los papeles de Giunone y L’Eternità. Además, se la podrá escuchar en la Sinfonía nº9 de Beethoven en Burdeos, y regresará al Wigmore Hall de Londres y al Festival Händel de Halle para recitales.

Anna Bonitatibus es la ganadora del Premio Händel 2023 de la ciudad de Halle, que reconoce sus prolongadas interpretaciones de la música de Händel, así como su apasionada dedicación que ha llevado a la interpretación de obras menos conocidas.

Vespres d’Arnadí

Orquesta barroca fundada en 2005 por Dani Espasa y Pere Saragossa con el objetivo de ofrecer interpretaciones llenas de emoción, frescura y espontaneidad, utilizando instrumentos y criterios históricos. Su nombre evoca los conciertos que en el siglo XVIII se ofrecían habitualmente al atardecer como colofón de las cenas de la nobleza y la burguesía. Calabaza, azúcar y almendras son los ingredientes del arnadí, uno de los postres más antiguos de la Comunidad Valenciana. El conjunto ha actuado en importantes salas y festivales de Europa, como los de Peralada, Barcelona, Londres, Halle, Praga, Madeira, Sevilla, Santander, Santiago de Compostela, Lugo y Madrid, entre otros. 

Con el sello Musièpoca han grabado los discos Pièces de Simphonie de Charles Desmazures, Missa en Re Major de Josep Mir i Llussà y Anna Maria Strada de Haendel. A finales de 2018 presentaron su cuarto disco con el sello Aparté titulado L'Alessandro amante protagonizado por Xavier Sabata, contratenor con quien también han grabado su último disco, titulado Invisibili y publicado en 2024 con el sello Musièpoca.

Además de los cantantes mencionados, la orquesta colabora con prestigiosos solistas como, por citar algunos, las sopranos Núria Rial, Serena Sáenz, Ana Quintans, Anna Devin, Sunhae Im, Giulia Semenzato y Marie Lys; las contraltos Hilary Summers y Sonia Prina; las mezzosopranos Vivica Genaux y Mary Ellen Nesi; los tenores Emiliano González Toro, Mark Milhofer, Thomas Walker y Juan Sancho; y los bajos Nicolas Brooymans, Luigi di Donato, José Antonio López y Josep-Ramon Olivé.

Vespres d’Arnadí recibe ayudas del Institut Ramon Llull, del Departamento de Cultura de la Generalitat de Catalunya y del INAEM.

Dani Espasa, clave y director

Sin duda, uno de los músicos más polifacéticos de la música antigua actual. Estudió música en los conservatorios de Tarragona y Barcelona y arquitectura en la E.T.S.A. de Barcelona. Ha trabajado como compositor, pianista y director musical de teatro, danza y televisión (TV3 y TVE). Colaborador de Lídia Pujol y Maria del Mar Bonet. Ha dirigido el ensemble de música contemporánea Bcn216, y ha estrenado piezas para piano de Joan Albert Amargós. El año 2000 inicia los estudios de clave en el Conservatorio de Barcelona con M. Lluïsa Cortada, continuando con Béatrice Martin en la ESMUC, donde además estudia música de cámara con Jordi Savall, Pedro Memelsdorff, J. P. Canihac y Manfredo Kraemer. Ha realizado cursos con Pierre Hantaï y Olivier Beaumont y colaborado con la Acadèmia 1750, Mala Punica, La Hispanoflamenca, Les Sacqueboutiers y La Caravaggia.

Ha actuado en prestigiosos festivales de música y salas de concierto, como son el Concertgebouw de Ámsterdam, Carnegie Hall de Nueva York, Auditorio Nacional de Madrid, Barbican Center de Londres, Musikverein de Viena, Auditorium de Roma, Liceu de Barcelona, Summerstage del Central Park de Nueva York, Alte Oper de Frankfurt, Teatro de la Ópera del Cairo, Grant Park Music Festival de Chicago, Teatro Nacional de San Joao de Porto.

Desde 2003 es pianista y clavecinista colaborador de la Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña (OBC). Desde 2005 es director musical y miembro fundador de Vespres d’Arnadí, orquesta barroca con la que ha grabado para el sello Musièpoca los trabajos discográficos: Pièces de Simphonie de Charles Desmazures y música religiosa de Josep Mir i Llussà.

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