Suleva Povea Cabello

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FILIACIÓN: Departamento de Fisiología, Anatomía y Biología Celular. Centro Andaluz de Biología del Desarrollo.  Universidad Pablo de Olavide.

INVESTIGACIÓN: Fisiopatología de las enfermedades mitocondriales.

Empecé como alumna en el laboratorio cuando estaba terminando la carrera y entonces descubrí la investigación, una opción que no me había planteado antes pero que podía ser mi vocación. Por ese motivo, para especializarme hice un Máster y, tras esto, empecé la Tesis Doctoral en el laboratorio del Doctor José Antonio Sánchez Alcázar. Ahora, tras mucho sacrificio, dedicación y años de trabajo, me encuentro en la última etapa de mi Tesis, con el afán de seguir aprendiendo y continuar mi carrera como investigadora.

En el laboratorio estudiamos enfermedades raras o poco frecuentes. Las enfermedades raras son aquellas que afectan a un número muy reducido de personas. Aunque cada una de estas enfermedades se considera rara individualmente, todas ellas en conjunto afectan a un amplio porcentaje de la población. Este hecho hace aún más importante si cabe la investigación de estas enfermedades, para poder dar respuestas a las necesidades de los pacientes, mejorar su calidad de vida y encontrar tratamientos.

Mi investigación trata sobre el estudio del síndrome MELAS (Encefalomiopatía Mitocondrial, Acidosis Láctica y Episodios Similares a Ictus), una enfermedad rara mitocondrial. Las mitocondrias se encargan, entre otras cosas, de producir la energía necesaria para que nuestras células funcionen correctamente. El síndrome MELAS está causado por mutaciones que afectan al funcionamiento de las mitocondrias, causando síntomas devastadores para los pacientes. Actualmente no existen tratamientos curativos para esta enfermedad. Por ello, mi objetivo es entender cómo funciona la enfermedad y poder encontrar nuevas dianas para desarrollar tratamientos. En concreto, en mi investigación utilizo células de la piel como modelo y además convierto estas células directamente en neuronas, para estudiar la enfermedad en uno de los tipos celulares más afectados.

Hacer esta investigación me ha permitido no solo aportar mi granito de arena en el estudio de esta enfermedad, sino también vivir experiencias muy enriquecedoras. He realizado estancias en el extranjero en países como Inglaterra o Canadá que, si bien han supuesto un gran reto, también me han permitido conocer otras culturas y he aprendido mucho tanto en lo personal como en lo profesional. Además, he tenido la oportunidad de descubrir la docencia, tanto en el laboratorio como en la Universidad, y poder comprobar que enseñando también se aprende (y mucho).

La carrera investigadora es larga, en ocasiones frustrante, inestable y requiere del desarrollo de muchas habilidades muy distintas entre sí. Sin embargo, investigar también puede ser emocionante, enriquecedor y sin margen para el aburrimiento. Desde mi punto de vista, hay pocas cosas comparables a la satisfacción de generar conocimiento. La investigación en todos los campos aporta innumerables beneficios para la sociedad y es fundamental para el desarrollo. Por ello, no puedo dejar de desear que la conciencia que hay sobre la importancia de la investigación se traduzca en un aumento de la financiación para que podamos seguir contribuyendo a construir un futuro mejor para todas y todos.